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ASMA: ¿QUÉ SUCEDE EN UN ATAQUE?

Según datos de la OMS del 2020, existen unos 235 millones de personas en el mundo con asma


El asma es una enfermedad que afecta a niños y adultos, pudiéndose desarrollar en distintas edades por causas no alérgicas como: obesidad, exposición a humo, inhalantes y reflujo gastroesofágico.


Pero, ¿qué sucede en un ataque de asma?

  • Opresión en el pecho

  • Tos, especialmente en las noches o al reír

  • Dificultad para respirar

  • Falta de aliento

  • Problemas para dormir que son el resultado de problemas respiratorios

  • Sibilancias o un silbido en el pecho al exhalar



Para algunas personas se puede agudizar en situaciones como:

  • Asma provocada por el ejercicio, que puede empeorar con el aire frío y seco

  • Asma ocupacional, desencadenada por irritantes en el lugar de trabajo, como vapores químicos, gases o polvo.

  • Asma inducida por la alergia, desencadenada por sustancias transportadas por el aire, como el polen, esporas de moho, residuos de cucarachas, o partículas de piel y saliva seca derramada por los animales domésticos.

Las siguientes acciones pueden ayudar a controlar un ataque:

  • Sentarse erguido y tratar de permanecer en calma.

  • Tomar una inhalación de un analgésico o un inhalador de rescate cada 30 a 60 segundos, con un máximo de 10 inhalaciones.

  • Si los síntomas empeoran o no mejoran después de 10 inhalaciones, buscar atención médica de emergencia.

  • Si la ayuda tarda más de 15 minutos en llegar, repita el paso 2.

  • Es vital buscar ayuda si los síntomas no mejoran.


El asma figura en el Plan de Acción Mundial de la OMS para la Prevención y el Control de las ENT y en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.


La OMS está adoptando medidas para mejorar el diagnóstico y el tratamiento del asma.

Así, por ejemplo, el Conjunto de intervenciones esenciales de la OMS contra las enfermedades no transmisibles (PEN) se elaboró con objeto de mejorar el tratamiento de las ENT en la atención primaria de salud en entornos de bajos recursos. Este conjunto de intervenciones incluye protocolos para la evaluación, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades respiratorias crónicas (como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica), así como módulos de asesoramiento sobre modos de vida sanos, como el abandono del hábito tabáquico o la autoasistencia.


Reducir la exposición al humo de tabaco es importante tanto para la prevención primaria del asma como para el tratamiento de la enfermedad. El Convenio Marco para el Control del Tabaco permite avanzar en este ámbito, al igual que diversas iniciativas de la OMS, como el plan de medidas MPOWER o el programa mTobacco Cessation.


El asma no tiene cura, pero sus síntomas pueden controlarse. Dado que el asma suele cambiar con el tiempo, es importante que colabores con el médico para hacer un seguimiento de los signos y los síntomas y ajustar el tratamiento según sea necesario.


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