El estrés y las emociones intensas pueden provocar una serie de síntomas respiratorios, tales como dificultad para respirar y aumento de la frecuencia respiratoria.
El Dr. Efraín Sánchez Angarita, neumólogo y director del Centro de Investigación Respiratorio – CIR, indica que “cuando experimentamos estrés o ansiedad, el cuerpo libera hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina, como parte de la respuesta de ‘lucha o huida’”. Estas hormonas pueden desencadenar una serie de cambios fisiológicos, incluyendo el aumento de la frecuencia cardíaca y la respiración. En el caso del sistema respiratorio, la respiración se vuelve más rápida y superficial, lo que puede llevar a una hiperventilación.
La hiperventilación puede tener varias consecuencias negativas para el sistema respiratorio, advirtió el galeno. “En primer lugar, puede desencadenar síntomas como mareos, debilidad y falta de aire, lo que contribuye a un círculo vicioso de ansiedad. Además, la hiperventilación puede alterar el equilibrio de gases en la sangre, disminuyendo los niveles de dióxido de carbono, lo que a su vez puede afectar negativamente la oxigenación de los tejidos”, indicó.
A largo plazo, el estrés crónico y la ansiedad pueden contribuir al desarrollo de problemas respiratorios más complejos, como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Además, el estrés puede debilitar el sistema inmunológico, lo que hace que el cuerpo sea más susceptible a infecciones respiratorias.
Para mantener la salud del sistema respiratorio, es crucial abordar en prevención la salud de los pulmones con su especialista de confianza para realizar chequeos que ayuden a detectar afecciones de salud a tiempo o aplicar un tratamiento efectivo para evitar complicaciones posteriores.
El estrés y la ansiedad son condiciones comunes en la vida moderna que difícilmente se pueden evitar. Sin embargo, gestionarlo a través de estrategias como la meditación, la respiración profunda, el ejercicio regular y la terapia junto con la supervisión del especialista en la función pulmonar, puede ayudar para mejorar la calidad de vida y prevenir posibles complicaciones respiratorias asociadas con el estrés y la ansiedad.